Nadie salva al Cristo de Río Turbio. Obra millonaria, con adjudicación directa, secretismo financiero y el Intendente Menna no logra ponerlo en pie

El día 22 de marzo de 2022, hicimos un informe sobre la iniciativa del Intendente de Río Turbio, Darío Menna, para colocar en el Cerro de la Cruz, cercano a la ciudad, un Cristo Redentor de entre 13 y 16 metros de altura al costo de 14 millones de pesos, monto que la comuna invirtió sin licitación, evadiendo la aprobación del Concejo Deliberante y sin dar ningún tipo de respuesta a la ciudadanía, quien debe solventar la obra con sus impuestos. El autor es Alejandro Carrizo de Chilecito (La Rioja), quien fue el escultor de la obra del cristo del Portezuelo, en La Rioja en el año 2011.
Pasaron 18 meses de aquella, nuestra primera nota y hoy 25 de septiembre 2023, la realidad de la obra artística que con tanta euforia encaraba el municipio, permanece en la fase inicial, tirada en el piso, pero con muchos millones de pesos que han drenado en logística, maquinarias, transporte, horas hombre, materiales, combustibles y aún hoy nada hace suponer que el Cristo estará emplazado en el corto o mediano plazo.
No se salva ni Cristo
Si tenemos en cuenta el estado de la obra anunciada por el municipio hace 18 meses atrás, podemos decir sin temor a equivocarnos que ni Cristo se salva de la corrupción en Santa Cruz.
La obra, de acuerdo a las estimaciones de las fuentes consultadas, hoy debe orillar un costo aproximado a los 100 millones de pesos, en base a todo lo que el municipio ha gastado para construir, trasladas, hacer las bases y los esfuerzos por poner el monumento en pie, cosa que no solo no ha ocurrido, sino que dudan se logre hacerlo como estaba planificado.
Tal como muestran las imágenes captadas este fin de semana, la obra está abandonada o al menos detenida desde hace varios meses. La escultura está en el piso, se han realizado los movimientos de tierra y durante dos meses, enormes grúas fueron contratadas a un costo millonario pero se mantuvieron paradas en el lugar donde planificaron el emplazamiento.
Desde La Rioja se movilizaron dos enormes camiones para el traslado de la escultura que se llevó a Río Turbio en dos tramos; se utilizó personal y material y maquinarias para acondicionar la base de emplazamiento, se construyó una enorme base de material, pero esta estructura no sirvió para el propósito y quedó desechada.

De acuerdo a las fuentes en el municipio, los cálculos estructurales no fueron los indicados y los problemas se aceleraron cuando se repasaron los cálculos iniciales de la obra. La altura del monumento, que a su vez irá apoyado sobre una base de concreto en lo alto del cerro, dio como resultado teórico que aún, si se lograra emplazar el Cristo de 16 metros de altura en el lugar, la existencia de fuertísimos vientos en la zona, lo derribaría con el tiempo, por lo tanto, se estuvieron replanteando los cálculos de la base, dado que la ejecutada no resulta suficientemente segura ni confiable.
Objeción denegada
Cuando el intendente de Río Turbio, Darío Menna, expuso la iniciativa, algunas voces se alzaron en contra del proyecto, no por el monumento en si, sino por las críticas al orden de prioridades que exponía el jefe comunal. Sin embargo, esta no fue la única observación. Se cuestionó la forma de contratación y Menna se expidió sobre el tema señalando que el modo de contratación “directa” se daba en el marco de la Ley de Contabilidad Nº 760 donde se expresa que una obra artística, como en este caso, es especial y realizada por un artista especializado, lo cual fue argumento suficiente como para evadir el mecanismo de licitación abierta.
Sin embargo, Menna dice una media verdad. Las objeciones que se disparan desde el propio Concejo Deliberante de la ciudad, aunque los ediles no se opusieron a la obra y las críticas de la oposición, advierten que la planificación y ejecución de la obra que está virtualmente abandonada y con los tiempos de contratación claramente excedidos, no tiene ningún tipo de transparencia financiera.
No está claro cuánto y en qué conceptos se ha gastado, pagado e invertido en materiales, mano de obra, maquinarias y transporte. Lo certeza existente, es que los cálculos técnicos y estructurales y el económico, no son los iniciales; están superados significativamente y nadie ha rendido cuenta sobre los gastos que demanda el proyecto ni ha dado explicaciones sobre las razones de su postergación o retardo.

De la obra en sí misma se desconocen las condiciones con el artista más allá de las publicadas oportunamente, cuál es el costo final de la misma y tampoco se sabe qué redeterminación de costos solicitó el escultor. Por otro lado se deben tener en cuenta que el próximo intendente que eventualmente gane el municipio de Río Turbio, podría llegar a desconocer tales gastos y no hacerse cargo de los compromisos asumidos por Menna. En ese caso, la obra sería otra de las tantas pagadas varias veces su valor y nunca terminada. (Agencia OPI Santa Cruz)